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DigiPen Europe-Bilbao cuenta con docentes con una amplia gama de trayectorias profesionales. Nuestra serie “Faculty Focus”, brinda a nuestro profesorado una plataforma para compartir directamente su experiencia y conocimiento. Este artículo está escrito de la mano de Asier Azkarraga, el jefe de departamento de Bellas Artes y Animación.

La animación, como forma de expresión artística y narrativa, ha desempeñado un papel muy importante en la cultura humana a lo largo de la historia. Aunque hoy en día pensamos en la animación en términos de películas, series y videojuegos, su raíz se encuentra en un impulso profundo de la humanidad por dar vida a través del movimiento, y, por tanto, en la necesidad innata del ser humano de crear vida por medio de distintos medios. Esto lo podemos observar en las primeras sociedades humanas del paleolítico, por medio de representaciones pictóricas en cuevas y cavernas, en un intento claro por dar vida a seres humanos y animales cazando, corriendo, acechando y luchando.

Lamentablemente, no poseemos información sobre las motivaciones o impulsos que llevaron a estos seres humanos a realizar una serie de escenas y secuencias que reproducían el movimiento en todo tipo de figuras, pero lo que sí está claro, es que todas estas representaciones animadas por medio de distintas poses, eran una manera de transmitir y comunicar ideas, ya fuera a través de una narrativa animada donde se plasmarán hechos significativos acontecidos recientemente; como una forma de transmitir conocimientos sobre el entorno, la fauna…En definitiva, una forma de legar conocimientos a las generaciones futuras.

La Necesidad de Dar Vida a lo Inerte

Desde las primeras representaciones en las cavernas, la animación se convirtió en una herramienta para dar vida a lo inerte. Imaginemos (o evoquemos) algunas de estas representaciones, como por ejemplo el grupo de leones de la cueva de Chauvet, Francia, consideradas de las mejores pinturas rupestres del mundo, y los efectos que el reflejo de las llamas que parpadeaban en un juego de luces y sombras sobre las cavidades y protuberancias de las cavidades, mientras el chamán narraba historias relacionadas con todas ellas.

Una pintura rupestre que representa a un grupo de animales

Por otro lado, en el antiguo Egipto, encontramos una forma arcaica de animación en su arte de carácter funerario, como es el caso del conocido Libro de los Muertos, donde toda una amalgama de representaciones jeroglíficas secuenciadas en movimientos, se exhibía el supuesto viaje de los muertos al más allá, posibilitando dar vida a conceptos tan abstractos y de difícil definición como es el de la vida más allá de la muerte.

Jeroglíficos del antiguo Egipto que representan el supuesto viaje del difunto al más allá

Igualmente, y continuando con el Antiguo Egipto, se han encontrado muñecas en tumbas egipcias de más de 4000 años de antigüedad, lo que indica un intento por otorgar vida a objetos inanimados por medio de juegos simbólicos donde el movimiento estaría presente, en línea con lo que sucede en la actualidad, donde niños y niñas mueven y articulan sus juguetes con forma humana, animal, fantástica, etc.

Con el paso de los siglos, la animación se fue consolidando por medio de otros soportes y objetos en principio inanimados, como eran las marionetas y títeres que eran utilizados por los titiriteros para narrar historias y cuentos en culturas de todo el mundo. Para ello, había que ser capaz, por medio de movimientos precisos, de crear esa falsa ilusión de estar vivos, y de ese modo, entretener o inculcar mensajes de todo tipo.

La Tecnología y la Revolución de la Animación

A partir del siglo XVIII, con la llegada de la Revolución Industrial, los avances tecnológicos posibilitaron que la animación fuera alcanzando cotas de realismos hasta entonces inimaginables. Uno de estos artilugios lo tenemos en la “linterna mágica”, precursor de lo que más adelante se convertiría en el proyector de cine, que permitía proyectar imágenes en movimiento sobre una pared. Esto supuso una auténtica revolución ya que las imágenes podían, por fin, cobrar vida, sin tener que imaginárselo, y, además, verlas a un tamaño más grande y ser compartidas simultáneamente por los espectadores.

Una pintura del siglo XVIII de un hombre usando un proyector para mostrar una película a niños

Un siglo después, a mediados del siglo XIX, gracias a esa necesidad de seguir otorgando vida a las imágenes y los objetos, se desarrollaron herramientas cada vez más sofisticadas, como fueron el zoótropo y el praxinoscopio, que creaban la ilusión de movimiento a partir de imágenes estáticas, como por ejemplo bailarines, ciclos de animales en movimiento, etc. ¡Imaginad la reacción de los espectadores cuando experimentaban por primera vez cómo las imágenes estáticas cobraban vida ante sus ojos!

La Animación en el Cine

Poco después, con la invención del cine, la animación alcanzo su máximo paroxismo y esplendor. Pioneros como Georges Méliès experimentaron con efectos especiales y trucos de cámara para crear secuencias animadas sorprendentes en películas como Viaje a la Luna (1902), que supuso un hito en la historia del cine y el comienzo de la animación como una nueva y novedosa forma de contar historias y entretener a la audiencia. Este interés fue consolidado y refinado por Disney, cuando a partir de los años 20 llevó a cabo producciones animadas inolvidables como Blancanieves y con protagonistas de la talla de Mickey Mouse.

Una representación de una nave espacial en la luna de la película 'Viaje a la Luna'

Estas obras maestras no solo marcaron hitos técnicos, como el primer largometraje animado en Technicolor o la era del cine en 3D, sino que también establecieron los estándares de narrativa y calidad visual que siguen influyendo en la industria actual de la animación.

Aprendiendo de la Tradición

A lo largo de este pequeño artículo, hemos visto cómo la animación, desde sus humildes comienzos al abrigo o en las profundidades de las cavernas, hasta las más sofisticadas y complejas películas de animación y videojuegos de hoy en día, han sido fruto de una manifiesta necesidad humana del ser humano por otorgar vida por medio del movimiento a través de distintos soportes, y cómo, por medio de la animación, se ha explorado el mundo natural, compartido historias y emociones, y dado rienda suelta a la imaginación.

Desde DigiPen Europe-Bilbao, fieles a esta larga tradición de creatividad y pasión por la animación, inspiramos a nuestros/as estudiantes con ese espíritu pionero e innovador de los primeros animadores. Tanto en producciones cinematográficas, como en videojuegos, y desde la importancia de la narrativa, la creación de personajes y la aplicación de tecnología de vanguardia, nuestros “aprendices a magos”, guiados por nuestra experiencia y veteranía, se sumergen en los trucos y técnicas tradicionales de la animación 2D, hasta las tecnologías del 3D, con el objetivo de que puedan hacer su propia contribución a este emocionante mundo, de la misma forma en la que lo hacían nuestros ancestros, buscando dar vida por medio de la magia de la animación.

Explorar los orígenes de la animación en la humanidad es adentrarse en un viaje fascinante por la capacidad simbólica y artística del ser humano. A través de ella, pudimos (y podemos) contar nuestras historias, creencias, sueños y miedos más profundos, convirtiendo cada imagen y cada fotograma en una cápsula del tiempo de la imaginación humana.”

 
Fotografía del profesor de DigiPen, Asier Azkarraga.
 

Conoce al Autor

El Doctorando Asier Azkarraga, es el jefe del departamento de Bellas Artes y Animación en DigiPen Institute of Technology Europe-Bilbao. Con una sólida formación en antropología y una prolífica carrera en la animación, Asier se destaca como un experto en ambas disciplinas.

Conoce más a Asier en su biografía

Fotografía del profesor de DigiPen, Asier Azkarraga.